viernes, 2 de septiembre de 2011

Y la campana no deja de sonar en mi país




John Donne escribió en 1624

Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra.; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, lo mismo si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quien doblan las campanas: doblan por ti


Hoy Marcela y Rocío fueron encontradas asesinadas; sus cuerpos desnudos, con huellas de violencia extrema. 
 
Se suman a las ya casi 50,000 personas muertas de forma violenta en los últimos cinco años en México, bajo la presidencia de Felipe Calderón. 

 Nos están asesinando a tod*s. El Gobierno sigue con su discurso para hacer creer que quienes están siendo asesinados son mayoritariamente criminales. Pero seamos sincer*s. Nos están asesinando a tod*s: estudiantes, campesin*s, obrer*s, periodistas, defensor*s de derechos humanos, infantes. 

Cada muerte debería sonar una campana propia. Sí, lo sé... es tanta la saturación que parece preferible evadirse. Sí, lo sé... no hay corazón que aguante hacerse consciente y sentir por cada uno de los 50,000 asesinatos. Lo sé... lo sé... carajo que lo sé. Lo entiendo, y en verdad que no juzgo a quien voltea la mirada a otro lado.

Duele demasiado, pero yo no puedo ensordecer ante la incesante campanada. Es que yo no conozco otra forma de ser humano, que aferrarme a estar ligado a toda la humanidad. 


5 comentarios:

Carmen dijo...

Las campanas doblan por mí. Como ser humano y como mujer. Sentir este nudo de lágrimas en la garganta y el corazón es lo menos que puedo hacer. No perder la sensibilidad, sentir esas muertes como mías.
No tengo palabras...miro a mi hija arrellanada en el sofá, cansada de su día de patines y deberes e imagino el dolor de esas familias. Y sumo el mío al suyo, muchísimo más pequeño pero real.
Lo siento tanto...

Carmen dijo...

Sentir este nudo de lágrimas en la garganta y el corazón, sentir que esas muertes hacen que yo muera un poco, como ser humano y como mujer, es lo menos que puedo hacer. Miro a mi hija de ocho años, arrellanada en el sofá después de su día de patines y deberes e imagino el dolor de sus familias. Como dice Gioconda Belli, "desde su piel, que es la mía".
Lo siento tanto...

Rodrigo Olvera dijo...

Ah... Gioconda, tan certera: "su piel, que es la mía".

Un abrazo, Carmen. ¿Cómo les fue a tus peques en su regreso al cole?

Carmen dijo...

A mis peques les veré el Lunes 12...el uno nos incorporamos sólo los profes, pero ya tengo ganas de verlos!! ya te contaré...:)

Rodrigo Olvera dijo...

Ah... cierto; es increíble que siendo yo hijo de una profesora de escuela primaria y de un profesor de escuela secudaria, se me olvide que el profesorado regresa antes que el alumnado. Que despistado que soy jajajaja